15 días: de proyecto a realidad

Hace cuatro años empezó a formarse lo que hoy llamamos Grupo Ekisil. Nos es difícil escribir esta Newsletter sin emocionarnos, ya que, el pasado 6 de septiembre el colegio Ekisil pasó de ser un proyecto a una realidad; una realidad de esas que hacen que el corazón lata a mil por hora y nos llena de esperanza. El grupo Ekisil comenzó este proyecto con el sueño de una educación global y universal, una educación que no entiende de fronteras y que trasciende a la arbitrariedad de haber nacido en una zona del planeta en la que el hambre, la sequía y la guerra son el pan de cada día.

Muchos de vosotros nos hacíais preguntas (somos conscientes que en todo momento con la intención de ayudar y aportar ideas) del tipo: ¿de verdad es necesario comprar todo ese material didáctico? ¿el uniforme es algo que sea una necesidad real para un colegio en una tribu en medio de la nada? O ¿no sería mejor dedicar todo ese esfuerzo y tiempo en algún proyecto en España? Y la verdad es que eran preguntas cargadas de lógica y de difícil respuesta.  Teníamos muchos “peros” pero ninguno tan grande como para callar la vocación y el sueño de un grupo que considera que la educación es la principal herramienta para igualar en oportunidades.

Con todo listo y preparado para el comienzo de las clases, dos maestros, nos hemos venido a Nyangatom para poner en marcha el centro y formar al profesorado. 

Estábamos mentalizados para lo peor. En nuestras mejores predicciones el primer mes sería muy complicado y a partir de octubre empezaríamos a poder hacer algo productivo en las clases. 

Por lo general los niños que comienzan a ir a educación infantil, en España, tienen 15 días de adaptación y, hasta diciembre, hay muchos que lloran todos los días. Es prácticamente imposible que un niño de 3 años no sepa cómo es un cole. Lo han visto miles de veces en cuentos, películas, anuncios, paradas de autobús… por lo que en general están familiarizados con la estructura de una clase, los materiales que pueden encontrar y los roles de profesor y alumno. La vuelta al cole es prácticamente un acontecimiento a nivel nacional del que es difícil escapar y es muy habitual que a los niños que comienzan una nueva etapa educativa se les prepare durante todo el verano bajo el lema de “ya vas al cole de mayores” o se les lean cuentos para que puedan predecir lo que va a pasar cuando se separen de sus padres. Pese a toda la preparación psicológica y a toda la sociedad acompañando y deseando la vuelta al cole, el primer mes para los profesores de infantil suele ser una auténtica tortura hasta que los niños cogen ritmo y entran en la dinámica del colegio.

Cuando os decimos que estábamos preparados para lo peor lo decimos con todo el cariño y con toda la ilusión y expectativas que teníamos para la apertura del centro. Éramos conscientes de que implantar unas reglas, establecer los roles de profesores y alumnos, organizar los espacios, el respeto de los materiales o el simple hecho de trabajar sentados en una silla iba a ser todo un reto para nuestros pequeños pioneros de 4 y 5 años que no tenían ningún modelo o ejemplo al que aferrarse de lo que iba a pasar una vez entrasen en el colegio.

Hoy podemos decir llenos de orgullo y alegría que estábamos equivocados. El comienzo de las clases ha sido todo un éxito. Sonrisas, caras de expectación, carreras, juegos, canciones… Tan solo una semana y media después de comenzar vemos que nuestros niños siguen la rutina que hemos establecido, están aprendiendo sorprendentemente rápido a respetar las normas, atienden a las explicaciones y se vuelcan en las actividades que les proponemos.

La jornada escolar empieza con una buena ducha, de esas que alegran el alma y te activan en un periquete, para después ponernos los uniformes e ir directos al aula.  

Despiertos y limpitos comenzamos con una rutina de canciones con las que repasamos los sentimientos, el tiempo, los números y las partes del cuerpo en inglés. Las cantamos tanto y con tanto entusiasmo que muchas veces encontramos a nuestro Nyangaestro Jhon andando y cantando: “What´s the weather, what´s the weather, whats the weather like today”…

Una vez que el daily routine llega a su fin, los niños se lavan las manos y se ponen a desayunar. Los primeros días preferimos que los niños comiesen con las manos, ya que es lo que llevan haciendo toda su vida y no queríamos que todo fuese completamente nuevo para ellos. Esta segunda semana hemos introducido las cucharas y está yendo fenomenal ¡Objetivo conseguido en tan solo una semana! 

Durante el resto del día damos clase de inglés de forma lúdica y experiencial, trabajamos la motricidad fina por rincones y hacemos juegos de gran grupo con toda la clase para trabajar los turnos, la paciencia y la interdependencia positiva (si gana uno ganamos todos).

Día a día vamos aprendiendo, incorporando dinámicas que vemos que funcionan y buscando soluciones creativas para las cosas que vemos que se pueden mejorar. 

El primer día que llovió nos sorprendió que, cuando llegamos al cole, solo había cinco niños en clase, cinco niños tiritando como si estuviésemos a menos tres grados bajo cero. Cuando llueve aquí se para la vida y, también hemos comprobado que tenemos un termostato completamente diferente. La verdad es que con la emoción de empezar las clases no habíamos caído en la cuenta, pero, una vez más, nos sorprendimos al ver que a la hora estaban todos nuestros alumnos en el aula desayunando y listos para aprender.

Queremos dar las gracias a todas las personas que de una forma u otra han hecho que este sueño sea una realidad y a todos los que nos seguís y nos hacéis sentir que formamos parte de un proyecto inmenso con un montón de personas de aquí y de allí que nos acompañáis y rezáis para que podamos seguir dando lo mejor de nosotros.

¡Colabora mes a mes para que el cole siga creciendo!

Recuerda indicar en el apartado ‘Proyecto’ : EKISIL